sábado, 13 de junio de 2015

Yo soy un viejo, odio todo menos mi programa de entrevistas... Y YA VA A EMPEZAR

¿Se acuerda cuando usted solo tenía dos o tres canales para ver en TV? Cadenas Uno, Dos y Tres se llamaban —toda una proeza en cuanto a diseño de marca se refiere—. Yo las recuerdo claramente, sin embargo, mi duda es la siguiente: ¿cómo pudimos sobrevivir todos esos años con tan pocas opciones? ¿Acaso antes la programación tenía una calidad superior? ¿O sencillamente estábamos tan aislados del resto del mundo, que creíamos que eso que transmitían era "buena televisión"?

 

Ahora, ya no soporto los canales nacionales. Al punto en que puedo durar semanas sin siquiera acercarme a ellos en la parrilla de programación. Luego de todo este tiempo, ya no sé qué novelas pasan, desconozco qué actores o actrices están de moda, y no tengo ni idea de qué programas lideran el rating. Cuando los veo —muy esporádicamente— es porque estoy de visita en alguna parte, tienen sintonizado alguno de ellos, y me da pena pedir que cambien de canal.

Créame, soy un tipo de segundas oportunidades. He intentado ver algunos programas que se supone tienen un nivel de calidad "sobre el promedio". Pero en el mejor de los casos, son copias baratas de programas extranjeros, o son buenos, pero tienen tan poca audiencia, que los acaban rápido. 

Dado que las listas de "X cosas que…" están de moda, he decidido hacer mi propia lista de las razones por las que detesto la TV nacional.

1. Periodismo carroña:

Tragedias, muertos, accidentados, melodramas… siempre los hay y en todas partes; pero rellenar los noticieros con informes sobre las desdichas de los demás, porque sí y sin hacer análisis, no tiene sentido. El crítico de TV, Omar Rincón lo define perfectamente: "Y para el rating practican el periodismo carroña: ese que goza con el dolor y la miseria, el que se deleita con la tragedia humana, no contextualiza, se empecina en mostrar la putrefacción".

Por cierto, 108 personas mueren en el mundo cada minuto. ¿Necesito saber quiénes, porqué y dónde? Paso.

2. Los programas de la mañana:

Aclarando que esto no es invento nuestro —es copia de los "Morning Shows" americanos—, los programas mañaneros suelen ser un asco. Aunque si uno lo piensa bien: ¿con qué más va a rellenar uno cuatro horas de transmisión, todos los días, sino con basura? Jota Mario pasó de ser ese joven gracioso y respetado que trabajaba junto a Pacheco y a Gloria Valencia, para ser un viejo amargado y una parodia de sí mismo en el programa de RCN. En Caracol, el programa de la mañana parece un comercial de 4 horas sobre el canal. CityTV había empezado bien con Arriba Bogotá, pero terminó peor que los otros. Abajo, y ahogado en televentas.

Lo más triste es que cada vez me parezco más a Jota Mario.

3. Televentas y publicidad:

Uno entiende que la pauta y las televentas son lo que le da de comer a los canales nacionales. Y sí, varios de los canales extranjeros también pasan infomerciales en cantidades, pero los limitan a ciertas franjas horarias, donde uno puede ignorarlos completamente. Aquí no. Los atraviesan en medio de los programas de la mañana, los embuten entre los comerciales, o incluso dentro de los noticieros. No se distingue en qué momento es información o publicidad. Y cuando los comerciales son malos, o las tandas de los mismos duran más de 2 o 3 minutos, uno termina cambiando de canal y olvidándose de lo que estaba viendo.

Hablando de eso ¿alguien sabe si el Abdoplan sí servía?

5. Suso el Paspi, y el exceso de costumbrismo:

Me niego a aceptar que haga parte de "nuestra identidad" alguien que masacra al idioma español. Si al menos hubiera un aporte de opinión o de tipo político —como por ejemplo el "Heriberto de la Calle" de Jaime Garzón—, se le perdonaría. Pero no cuando el objetivo es buscar una risa fácil, haciéndonos ver como unos gamines aquí y en el extranjero. O si no vea el efecto que causa un programa como "Laura en América", en la percepción que tenemos de un país como el Perú.

Y señor Cuadrado, aprecio mucho su participación en el mundial, pero no se dice "Ganastes". Aprenda a hablar.


6. Los programas inician a la hora que les da la gana (especialmente en la noche):

Si bien han tratado de corregir esto — y eso porque los defensores del Televidente reciben constantes quejas del tema—, las horas de transmisión de los programas suelen ser modificadas según lo que mejor le convenga al canal. Si hoy el programa empieza a las 9 pm, mañana puede ser a las 9:30 pm, y la siguiente semana a las 10 pm. Ellos hacen esto para aprovechar el arrastre del programa de más audiencia. El problema para uno es que le toca estar pegado al programa anterior así no le guste, para lograr ver lo que uno quiere ver desde el principio.

—Vea el estreno de "El Desafío: Uzbekistán", después de las Noticias de la Noche y del final de la telenovela "Espinas de Amor"—.

7. Adaptaciones.

Ser "la versión Colombiana de" no debería ser motivo de orgullo. Acá nos encanta adaptar las series exitosas, pensando que lo que funciona afuera, va a resultar acá con sólo unos pequeños ajustes. La experiencia demuestra que el resultado oscila entre lo promedio y lo mediocre. O si no miren "Metástasis" y "La Sopa Colombia".

Dios nos libre de una versión Colombiana de Juego de Tronos. No quiero ver al Paparazzito del Lavadero encarnando a Tyrion Lannister.

8. Novelas de traquetos y prepagos:

De tantas versiones que tienen, "El Capo" y "Sin tetas" van a terminar con más re-ediciones que "Rápido y Furioso". Una novela de cada tema está bien —no podemos negar que los narcos y las prepagos hacen parte de nuestra idiosincrasia—. Pero tres o cuatro con el mismo argumento, es un despropósito. 

Uno analiza, y las tres cosas que más exportamos son en su orden, Café, Drogas y Putas. ¿Entonces porque sólo han hecho una novela sobre el Café?


Desafortunadamente, la conclusión de toda esta diatriba, es que no hay nada que hacer. ¿Por qué lo digo? Mi escritor favorito de terror, Clive Barker, le pone el último clavo al ataúd, con esta frase:


"La televisión es el primer sistema verdaderamente democrático, el primero accesible para todo el mundo y completamente gobernado por lo que quiere la gente. 



Lo terrible es, precisamente, lo que quiere la gente".

1 comentario:

  1. Mejor explicado imposible!! Tv Nacional: fábrica de mediocridad, burdas imitaciones y violencia innecesariamente amarillista!

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